SU MANO ME SOSTIENE
Todos atravesamos momentos difíciles y tormentas de las cuáles pensamos que nunca vamos a salir o de las cuáles saldremos destruidos. Las pruebas son necesarias para formar nuestro carácter, principalmente a los que somos hijos de Dios, es necesario pasar estos desiertos para conocerle a Él, su poder, su faceta de Dios protector, Dios vencedor, Dios proveedor, Dios el Gran Yo Soy.
Pero nosotros decidimos como queremos atravesar estos desiertos, podemos vivir en lamento, podemos vivir enojados o simplemente hundirnos en la prueba y perdernos lo hermoso que Dios ha preparado para nosotros y todo lo que aún tenemos adelante en nuestra vida temporal en esta tierra.
Hace unos días pensé en cuánto me gustaría poder ir con mi Yo de los 16 años y decirle que todo estaría bien, que los momentos difíciles pasarían. Si pudiera ir con mi Yo de 16 años le diría que nunca se suelte de la mano de Dios, que por muy difícil que parezca cada prueba, siempre terminarán. Me gustaría decirme que Dios nunca, nunca, nunca pierde el control, que no se afane, que se esfuerce y sea valiente.
Fue a mis 16 años que empecé a ver que la vida no era tan fácil, ví cosas que me lastimaron y me hicieron sentir que mi mundo se acababa, pero hoy 23 años después puedo ver hacia atrás y declarar ¡ninguna prueba me ganó! ¡soy más que vencedora en Jesús! ¡Él me sostuvo con su diestra!
Sólo han pasado seis meses de que perdimos a nuestra pequeña Isabella, y seis meses después puedo gritar ¡Gloria a Dios por su victoria!. La única manera de salir de una prueba difícil con gozo, saltando y gritando victoria es cuando nos escondemos en el hueco de su mano, cuando sabemos que sin Él no somos nada.
Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén. Romanos 11:36
Comentarios
Publicar un comentario