LOS ESCOMBROS QUE QUEDARON
¿Has sentido
alguna vez que todo lo que creías que era “tu realidad” ya no lo es más? ¿Has
visto cómo pasa el tiempo en tu vida y los cambios en diferentes etapas van mostrándote
que había cosas de ti que no habías descubierto?
Hace cinco años yo viví uno de los cambios más grandes de mi vida, que
me hicieron pensar de esta manera. Siempre he descrito estos acontecimientos
como la destrucción de los pilares que sostenían mi vida. Uno de ellos fue el día
que mi papá nos dio esa noticia: “Me despedieron…” hicimos silencio todos en el
comedor de mi casa, mientras lo veíamos, a ese hombre que había “provisto” para
nuestra casa por más de 20 años, al que hacía lo que fuera por agradar a sus tres consentidas, esa noche lo veíamos llorar y tratamos de darle palabras de consuelo. Lloré
por él, sabía que era un golpe grande para él, pero para mí, literalmente sentí
que se derrumbó algo dentro de mí.
Con el
tiempo fui descubriendo que se había derribado un pilar de mi vida, que yo había
levantado, no lo había construido Dios, yo lo había construido. Literalmente sentí que mi vida estaba derrumbada, había estado
engañándome por muchos años, mi confianza no estaba en Dios, mi confianza
estaba puesta en el salario del hombre que Dios sólo usaba para cubrirnos y
bendecirnos, lo había quitado. Fue allí donde entendí, que mi confianza en Él
no era real, no era lo que siempre había creído.
Poco a poco, poniendo mi confianza en Dios, aún en esas cosas que
parecen imposibles sé que Él ha ido reconstruyendo mis pilares de los escombros
que un día quedaron, que me hicieron sentir sin fuerzas, sin fe y sin esperanza. Amo a mi padre terrenal, seguimos siendo sus consentidas, sigue trabajando duro para “proveer”
pero sé que mi Padre Celestial es quien lo hace todo y a Él le encanta que yo lo sepa.
Comentarios
Publicar un comentario